Durante las tres últimas semanas hemos aprovechado una hora de los martes en la que está con nosotros en el aula la profe Raquel de apoyo para hacer unos talleres gamificados de robótica. ¿Y qué es eso de gamificado? pues muy sencillo, se trata de unos talleres basados en el juego proponiendo unos retos claros en los que los niños saben cuáles son los objetivos.
Para ello hemos dividido la clase en 5 grupos con diferentes colores y cada niño tenía un collar de su color con cinco dibujos diferentes: uno por cada reto a superar.
Los diferentes retos consistían en lo siguiente:
Tablero de bombas: debíamos ayudar a llevar al escornabot desde la salida hasta su casa sin pisar ninguna bomba. Si pisábamos alguna... ¡a volver a empezar!
Laberinto: en este caso teníamos que llevar al escornabot desde la salida hasta la casa siguiendo el laberinto.
Construir un camino: teniamos al ratón en una zona de la clase y debíamos hacerle un camino con palitos hasta su casa, la premisa era que no valía hacer un camino recto.
Seguir la línea: teníamos que guiar al escornabot por un recorrido marcado en el suelo sin salirnos de la línea.
Beebot y los números: teníamos que tirar los dados y ayudar a Beebot a llegar hasta el número que nos había tocado.
Cada vez que conseguíamos uno de los retos ibamos sumando una estrella a nuestro collar hasta conseguir las 5 estrellas y una final como premio.
De este modo hemos aprendido a programar un poquito más, poco a poco empezamos a darle a más de un comando y vamos organizando en nuestra mente el espacio. Todo esto lo llevamos a cabo de una forma lúdica, ayudándonos los unos a los otros y motivados por conseguir unos retos.
Y al final... ¡reto conseguido! Aquí podéis ver lo bien que lo hacemos:
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